martes, 19 de mayo de 2009

Ensayo: “Prostitución Infantil”

Álex Cáceres Castillo
Código: 08206144

PROSTITUCIÓN INFANTIL

La explotación sexual infantil constituye una vulneración de los derechos humanos y el mandato constitucional que expresamente prohíbe “la trata de seres humanos en todas sus formas”.
Para el caso de los menores de edad, la carta fundamental consagra los derechos a la vida, la integridad física, la salud y seguridad social, la alimentación equilibrada, a un nombre y a una nacionalidad, a tener una familia y no ser separado de ella, al cuidado y el amor, a la educación y a la cultura, a la recreación y a la libre expresión de la opinión. Establece además, que los niños y niñas deben ser protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos.
Desafortunadamente en Colombia y concretamente en nuestra ciudad de Cali se ha hecho caso omiso de los ordenamientos anteriores y la explotación sexual no solo es evidente sino que cada día se incrementa. La situación se torna más grave cuando ni el estado, ni la sociedad se mueven a ponerle una pena drástica a este tipo de abusos contra los menores.
Muchas entidades como el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), la Defensoría del Pueblo, la fundación Renacer y el programa de “Promoción Integral de la Mujer”, entre otras, preocupadas por esta situación, han desarrollado proyectos “a favor de la niñez explotada sexualmente”, encontrando con el desarrollo de estos, los factores generadores del fenómeno y la detección de las características socio-económicas, culturales y psicológicas de la niñas y niños en condiciones de comercio sexual.

Los argumentos, las derivaciones y demás que podemos sostener ante la tesis de ¿Cuáles son los impactos psicológicos y económicos de la prostitución en la niñez de nuestra ciudad de Cali? Están relacionados invariablemente con la valoración que tenemos acerca del comercio sexual infantil que vivimos actualmente en la ciudad de Cali y su reconocimiento en el mundo globalizado, ya que este tema para muchos genera desconfianza en las personas del común, pues es claro que absolutamente todos somos vulnerables frente a este flagelo.
La prostitución es considerado como el oficio más antiguo del mundo, viene del latín prostituere que significa cambiar o traficar, tomándose de esta manera como el tráfico o transacción de lo sexual por dinero.
Todas las formas de explotación sexual infantil, incluyendo la prostitución, son violaciones de la declaración universal de los derechos humanos que proclama que todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y en derechos, que nadie puede ser mantenido como esclavo o siervo, y que nadie debe ser sometido a tortura o tratos crueles inhumanos o degradantes.
En términos generales, estos impactos del comercio sexual se determinan con el análisis que como primera medida, se hace del término “la explotación sexual infantil”, relacionando ésta como una situación que irrumpe de manera violenta en la vida de una niña, de un niño o de un adolescente, alterando su proceso de desarrollo biopsicosocial, a partir del uso genital de su cuerpo como mercancía para obtener algo a cambio. Se abusa de su situación de indefensión, se su carencia de oportunidades y de su dificultad para obrar libre y autónomamente, de la miseria y marginalidad en la que muchos viven, de la des-estimación de los valores humanos, de la falta de amor propio consecuencia del sufrimiento y la falta de afecto que viven con sus padres , entre otras. Como plantean estudiantes de la Academia Militar en su libro “Memorias y cuarto foro socio económico inter-colegiado”: “Los menores que ejercen la prostitución ven su trabajo como algo negativo, sienten que es degradante y desmoralizante, sólo en pocos casos sienten que el trabajo es bueno con la justificación de que se gana dinero rápidamente y sus principales causas son la socio-económica y la desintegración familiar”. Estos seres humanos recuren al ejercicio de la prostitución como única opción de supervivencia, aunque no como una actividad de gran rentabilidad y satisfacción personal, pues no es mucho lo que se gana. Estos niños víctimas de tan deprimente situación van creciendo con un sentimiento de incertidumbre frente al futuro, que los conduce a creer que esto es la única posibilidad inmediata para salir de la pobreza económica, afectiva y social en la que se encuentran. Como menciona Alfonso Meluk en su obra “la prostitución, fruto de la miseria”: “la miseria, la ignorancia, el hambre, la necesidad, el engaño, la promesa falaz, el amor, los convierten en personas de prostíbulo; las crucificaron en el madero infamante de su existencia martirizada, porque ese apelativo de personas de la vida alegre y sin futuro, resulta, en realidad la más cruel ironía”. Así, el cuerpo se convierte en una herramienta de trabajo. “la puesta en venta del cuerpo resulta una alternativa de sobrevivencia”, sin olvidar que se están arriesgando a acabar con su cuerpo, por dificultades con el contagio de enfermedades venéreas. Todo esto deja de lado este tipo de apelativos que plantea el autor Alfonso Meluk en su obra, pues en realidad detrás de toda esa vida de lujuria que mantienen, existen en realidad lágrimas y la más honda repugnancia no solo a sus agresores sino a ellos mismos.
Se considera que esta problemática de la prostitución infantil es un flagelo que invade no solo nuestra ciudad, sino nuestro país e incluso el mundo entero, y mientras la pobreza, la falta de oportunidades en la sociedad, la marginalidad y a miseria sigan en aumento, “este oficio” se constituirá cada día más necesario para nuestra sociedad más vulnerable, los niños, niñas y jóvenes.
Hay que educar al niño, alfabetizar al joven y hacer crear conciencia al adulto de que esta no es la salida a sus problemas, que la práctica de la prostitución no soluciona, no aporta nada positivo, que lo que hace es acabar con su vida, su salud, atentar contra su moral y a tropellar sus valores como ser humano, como persona social.
Es importante que las instituciones que han desarrollado investigaciones en esta problemática, luchen por su solución, porque desafortunadamente se quedan cortas, pues la mayoría de las investigaciones se quedan en la primera parte la detección del problema, sus causas y consecuencias, pero no continúan con la aplicación –ni siquiera plantean soluciones- de estrategias metodológicas que aporten soluciones aun sea en parte de este problema social, local, nacional y mundial que nos afecta, porque impide en cierta medida el desarrollo social, cultural, económico y político de país; ya que está acabando con nuestra población infantil, los futuros hombre y mujeres de nuestro mundo, en manos de quienes probablemente estaría el progreso de nuestra sociedad.
Se puede pensar en desarrollar interdisciplinaria e interinstitucionalmente acciones de intervención a nivel nacional para menores de 18 años vinculados a la prostitución mediante programas de prevención, capacitación, asistencia y atención integral; aumentando así sus probabilidades de sobrevivir a los riesgos de infección asociados a ella y al abandono social.
Se pueden crear centros de capacitación, participación, concentración y sensibilización para multiplicadores.
Crear más centros u hogares que acojan esta población afectada con atención psicológica, terapéutica, educativa y lúdica permanente, lugares en los que estos niños, niñas y jóvenes hallen un espacio donde les permitan identificar sus limitaciones y posibilidades, expresar sus necesidades y deseos en la búsqueda de un apoyo que les facilite la desvinculación de la calle y del trabajo sexual; donde vallan adquiriendo poco a poco conciencia sobre lo que ha sido su historia y vislumbrar la necesidad de cambio desde sí mismas y no impuestas por otras.
Sin embargo, ante este problema de la prostitución muchos piensan que es algo rentable, que muchos de los niños que la practican lo hacen también por gusto, no por necesidad con un valor agregado, que es el dinero, pues muchos de los niños son personas ambiciosas y descubren que en este oficio se gana mucho por poco trabajo. Por otro lado muchas de las proxenetas hoy en día están velando por defender a la prostitución, buscando legalizarla como un trabajo que tiene valor y peso dentro de la sociedad y que puede ser comparado con muchos otros oficios, ya que lo consideran algo del común.
La prostitución infantil es un hecho social que deja ver las desventajas sociales y las condiciones de inequidad que viven las personas vinculadas en este oficio, la problemática socio-económica y política que vive nuestro país y por ende nuestra ciudad de Cali, acrecienta los porcentajes de hombres y mujeres con menos oportunidades de satisfacer sus necesidades básicas convirtiéndolos en poblaciones más vulnerables.
Todo esto ha sido el causante de violencia intrafamiliar por eso los niños, niñas y adolescentes se marchan del lado de sus padres a sobrevivir en las calles, a exponerse a situaciones que atentan contra su seguridad y desarrollo integral y muchas veces contra su propia vida, como lo es esta práctica de la prostitución, que afecta no solo su salud sino su personalidad, les ocasiona traumas emocionales como la inseguridad, baja autoestima, resentimiento, agresividad, entre otras.
Mientras en Colombia y más particularmente en nuestra ciudad siga existiendo inequidad económica a tal punto que se encuentren como hasta ahora familias no pobres, sino en condiciones infrahumanas, esta problemática no tendrá fin.
¿Saben como se ve un niño, una niña o adolescente prostituta sin ropa? Como un ser humano que se esconde detrás de una fachada de vida oscura baja, sin valores y en su uniforme de trabajo.

Numero de palabras: 1610

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